En el siglo XI un grupo de monjes italianos comenzó a infusionar bayas de enebro en alcohol por primera vez para crear un licor con función medicinal. Así nació la ginebra, justo a lo largo de la costa de Amalfi. Inspirándose en esta historia, Gin Malfy honra los orígenes de este destilado proponiendo una ginebra que aúna tradición, calidad e innovación en un producto único capaz de contar el estilo de vida italiano en el mundo.
Las naranjas sanguinas sicilianas se cosechan en noviembre. Sus cortezas se sumergen en alcohol y se prensan, luego se mezcla la infusión con el enebro y otros botánicos antes de la destilación al vacío todavía en acero inoxidable. En nariz encontramos pues una mezcla entre lo amargo y lo dulce de los cítricos de la naranja que enriquece delicadamente la percepción olfativa del producto y lo hace complejo y delicado al mismo tiempo. En boca llama la atención la explosión de azahar, acompañada en el final por una delicada nota de enebro.